No caigas en la provocación, sé valiente y
aguanta, porque quien es capaz de soportar insultos y provocaciones, será capaz
de alcanzar la serenidad y, con ella, su propia paz.
Ya entiendo que, hablar o escribir sobre no
caer en la provocación, no es nada fácil; sin embargo, he observado, en ciertas
personas, que lo consiguen y aguantan sin inmutarse para luego con la misma
calma rebatir a su oponente. Gran templanza y poder interior se necesita para
permanecer quieto, ese poder se torna en un escudo o coraza, difícil de
traspasar.
Acordémonos en esos momentos difíciles, de
la fortaleza que demostró Mahatma Gandhi que, apenas sin vestiduras y con su
pasividad, fue capaz de que le siguieran muchos y de derrotar a todo un
ejercicito.
UN PAUSADO Y FORTALECIDO ABRAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario