Siempre estamos en la incesante búsqueda de
la estabilidad emocional. Le daremos mil vueltas a nuestros pensamientos, pero
estos nunca nos darán la estabilidad emocional si no les dejamos que entren
nuestros sentimientos.
Siempre es lo mismo, sentimos algo y
pensamos como rebatir ese sentir, ya que nos puede generar problemas o porque
nos entran dudas de si será bueno o malo. La constante lucha no cesa,
sencillamente le buscamos la razón a lo que no la tiene y, entonces, se nos
genera el conflicto emocional. En nuestra niñez, acuérdate, no teníamos
conflictos emocionales, queríamos algo porque si e íbamos a por ello hasta
conseguirlo, pero después con la juventud ya vino el enamoramiento, los
estudios y con ello las dudas; en nuestra madurez fuimos a la búsqueda de la
estabilidad económica de crear un hogar y, con ello de nuevo, más
incertidumbre; hasta que por fin en nuestra vejez volvemos a conseguir la
ansiada estabilidad emocional, justo cuando nos vamos al más allá.
No te obsesiones tanto por la estabilidad
emocional, casi nunca la lograrás; busca el equilibrio y sobre todo, libera tus
sentimientos y actúa sin pensar.
UN LIBERADOR ABRAZO
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