Dame una razón por la que tengo que hacer
lo que tú quieres e inmediatamente lo haré. No me des ningún motivo para
hacerlo y, puede que lo haga, pero con menos ganas y peor resultado.
Cuando comenzamos a trabajar, todo nos
parece genial, todo es entusiasmo y buenas palabras, te dan órdenes con todo
tipo de explicación y te ayudan ante cualquier obstáculo; es maravilloso,
nuestro primer trabajo, es lo que siempre habíamos deseado, hasta que, llega el
primer salario y por fin, llegamos a la realidad de que con eso no nos llega
apenas para sobrevivir, triste realidad. Pero, somos fuertes y vamos adaptando
nuestros deseos a nuestro poder adquisitivo, llegando a conformarnos e,
incluso, vivir como nuestro jefe ha determinado con arreglo al salario ganado.
Lo malo ya no es que nuestros sueños se
fueron abajo, encima, tenemos que soportar un trabajo que ya no nos gusta, y
unas órdenes que dejaron de ser razonables y bien dadas, para ser exigentes y
sin ninguna explicación. No te conformes con lo que los demás te quieran dar,
imponte y busca tu propia razón de actuar.
UN ABRAZO NO PRECISA DE RAZÓN ALGUNA
No hay comentarios:
Publicar un comentario