Si no me escuchas, no me miras y no me
contestas ¿para qué voy a seguir hablándote de algo que a ti ni te va ni te
viene?
Con frecuencia nos suele acontecer que
hablamos y no nos escucha nadie o que hablan y no les escuchamos, pero de todos
modos, ahí seguimos plantados y haciendo como que escuchamos por no contradecir
al que habla. Más nos valdría irnos con la mayor discreción y respeto lo antes
posible, así ni el que habla perdería su tiempo ni nosotros el nuestro.
Bueno así somos, a veces no necesitamos ni
que nos escuchen, lo que queremos es hablar y desahogarnos o simplemente hablar
por no estar callados y así parecer que sabemos más.
UN ABRAZO, NO NECESITA PALABRA ALGUNA
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