Cuando algo bueno llega a ti, no le des la
espalda, puede que te quedes sorprendido, pero acéptalo y disfrútalo porque te
lo mereces.
No estamos acostumbrados a que nos sucedan
cosas buenas, por eso, cuando algo bueno nos sucede nos quedamos tan
sorprendidos que somos incapaces de reaccionar, incluso, llegamos a creer que
no somos merecedores de eso, pensando que otros deberían ocupar ese puesto o
ese golpe de suerte sería mejor recibido en otros. Parece increíble, pero
conozco muchos hechos que así lo demuestran, es más, personas de ámbito social
normal a los que les tocó la lotería y, al cabo de un par de años, su situación
económica era peor que antes de que les tocase; sencillamente, no estaban
preparados para tal suerte.
Cambia tu mentalidad y acepta que todo lo
bueno llegue a ti, porque tú también eres merecedor de la buena suerte.
UN AFORTUNADO ABRAZO
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