Esperanzas pérdidas, esperanzas renovadas y
esperanzas encontradas. Nunca debemos de olvidarlas, siempre debemos tenerlas
presente, porque son el motor de nuestro caminar, sobre todo cuando las fuerzas
nos fallan.
Si perdiste la esperanza ¿qué te queda?
Volverla a recuperar y ¿cómo se recupera cuando no ves salida alguna? Pues con
paciencia, con compañía, con aquel recuerdo que te hizo vibrar de emoción, con
todo cuanto posees, que aunque ahora no lo veas ni lo creas, seguramente, es
más de lo que has perdido. No sé cuál es tu caso, pero sí soy consciente de que
cuando se nos va la esperanza, es un momento difícil; uno deja de creer en sį
mismo y en los demás ¿a quién no le ha sucedido algo así?
Pero un día nunca fue igual a otro y, lo
que en un principio veías todo oscuro, de pronto vuelve la luz, es ahí, en ese
instante, donde reaparece la esperanza y aunque te quede poco sabes que aún
estás aquí y puedes volver a creer.
UN ESPERANZADOR ABRAZO, CUANDO MÁS LO
NECESITES
No hay comentarios:
Publicar un comentario