Puede que pienses que estoy solo y quizá
sea ese tu deseo; pero no seas tan atrevido porque, verme solo un momento, no significa que lo
esté siempre y, a lo mejor, puede que con tus deseos, te hayas dado cuenta de
tu propia soledad ¡pobre diablo, qué pena me das!
Qué fácil nos resulta, a veces, hacer un
juicio del estado de otras personas, sin saber muy bien su situación que,
aunque nos pueda parecer de soledad, es posible que no sea así y, que aunque lo
fuera, puede que ese estado sea más transitorio que el nuestro. Podríamos ser
más cautos en nuestros juicios personales y, quizá, con preguntarle cómo se
encuentra, le haríamos mayor bien que dando un trato de indiferencia.
Nadie está libre de hallarse solo en alguna
ocasión, como tampoco está libre de hallarse en soledad, si esto último te
pasa, procura cuanto antes salir de ella, porque es mucho mejor estar solo que
el que sufras de soledad.
UN ACOMPAÑADO ABRAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario