Con sólo una hermosa frase se puede
conseguir mucho más que con toda una retórica de explicaciones que, en la
mayoría de los casos, ni nos la piden ni deberíamos dar.
A mí mismo me sorprendo cuando he dado mil
y una explicaciones para explicar algo que al otro ni le va ni le viene.
Mandemos mensajes cortos pero llenos de sentimiento, menos hablar y más gestos
de amor.
En cierta ocasión leí que, una charla de
dos horas podía darse sin pensar apenas, una charla de media hora tenía que ser
preparada en un día, pero para una charla de diez minutos, costaba prepararla
una semana.
No emplees muchas palabras rebuscadas, usa
las que salgan de tu interior y tu discurso triunfará.
UN ABRAZO DESDE EL INTERIOR
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