La grandeza de la persona no hay por qué
medirla en su productividad. Hay muchos ejemplos de persona, que, ya jubiladas,
se solidarizan con los visitantes para hacer de guías y mostrarle su sapiencia.
Personas que en su vida profesional parecía
que no hacían nada y que, sin embargo, eran altruistas y siempre daban lo mejor
de sí a los demás; llegando ellos a vivir sin grandes lujos, ni haciendo alarde
de su saber, todo para darse con total entrega a los demás, para que
aprendieran; creando con sus acciones una gran riqueza cultural y social.
A estas personas, hoy les hago mi
manifiesto, para mostrarles mi gratitud y expresar al mundo entero, el gran
privilegio que tenemos los demás, por lo que con su buen hacer y sabiduría nos
aportan a la sociedad.
UN ALTRUISTA ABRAZO
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