Dijiste: "no puedo más, ya no aguanto
tanta intolerancia, tanta desazón y tanta desgracia" ¿Te acuerdas de esas
palabras? Hoy ya todo eso pasó y te ríes de aquella situación.
Suele suceder, máxime si estas desgracias
son externas a nuestro círculo, que no nos importa tanto, ni siquiera la
cantidad de víctimas que hayan caído, en ese momento nos puede afectar, pero
pasado un tiempo, ni siquiera nos acordaremos de ellas y, menos mal, que esto
es así, porque no podríamos vivir con tanta carga emocional. Pero si la
desgracia o el infortunio, se dan en nuestro entorno, esto ya cambia bastante
nuestra situación, cargándonos con emociones y sentimientos difíciles de
superar; aún así, lo superaremos y pasado un tiempo, más o menos largo,
volveremos a la rutina diaria, como si nada hubiese acontecido.
Demos gracias, por la capacidad de
superación que tenemos, sin la cual sería muy difícil de sobrellevar ciertos
momentos y, sobre todo, seamos capaces de volver a abrirnos al mundo y sonreír
a la vida a pesar de todo lo acontecido.
UN NUEVO ABRAZO SIEMPRE ES RECONFORTANTE
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