En el transcurrir de los días siempre
tendremos nuestros buenos y malos momentos, pero serán los buenos, los que
mejor y con más facilidad recordaremos.
Esto siempre fue así y, menos mal, porque de
ser al contrario estaríamos sumidos en una amargura total. Puede que tengamos
muchos más momentos malos que buenos, pero, lo que es seguro, es que los buenos
aplacarán los malos y éstos decantarán el devenir de nuestros días.
Por eso, amigo mío, no amargues tu existir,
porque si hoy no es uno de esos buenos días, tranquilo, hoy también pasará y,
con el paso del tiempo, ni te acordarás.
Agradezcamos el poder que nuestra mente tiene
para aplacar todo mal.
UN ABRAZO EN TODO MOMENTO
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