No son tus
palabras las que más alto hablan si no que es tu mirada la que más hondamente
cala.
Podemos
encontrarnos con múltiples miradas y solemos mirar de muchas formas diferentes
dependiendo de nuestro estado anímico o emocional.
Miradas
perdidas, miradas que se clavan, bien sea por amor o por envidia, miradas
extrovertidas, miradas que no dicen nada, otras en cambio, lo dicen todo.
Estate atento a
cómo te miran, si sabes leer una mirada no te hará falta escuchar palabra
alguna; sobre todo, si con amor, esa mirada, en la tuya se clava.
Procura que tu
mirada siempre sea limpia y sincera y hable de ti lo que con palabras no sepas
expresar
UN ABRAZO A
CIEGAS TAMBIÉN SE PUEDE DAR
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