Nos sorprendemos
a nosotros mismos de lo que somos capaces de hacer, pero también nos
sorprendemos de lo que ya no somos capaces de hacer.
Parece
increíble, pero no lo es, no sabemos hasta donde puede llegar nuestro limite de
fuerzas, de valor, de tesón y de lucha, hasta que no nos vemos en una situación
comprometida, máxime cuando tenemos una vida por la que luchar nuestra o de
algún ser querido, en situaciones extremas nuestro potencial de fuerza y
capacidad de reacción, adquieren dimensiones insospechadas.
Pero, lo mismo
nos va sucediendo con aquello que antes no nos costaba esfuerzo realizar,
nuestra capacidad de aguante, se va perdiendo, en algunos aspectos como en el
físico; ya nos cuesta trasnochar, madrugamos más, nuestro cuerpo va cambiando y
a él nos vamos adaptando.
UN SORPRENDENTE
ABRAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario