Nunca olvides tu procedencia ni quiénes fueron
tus antecesores, porque gracias a ellos hoy estás aquí y ése será el
mejor legado de por vida.
Nuestras raíces, nos gusten o no, nadie
nos las podrá arrebatar, es algo tan íntimo y único que cada quién las
puede llevar con orgullo por todo el mundo. Quizás sea la mejor seña de
identidad que podiamos mostrar; nunca acabaré de entender por qué hay
personas que reniegan de sus orígenes, llegando incluso, a cambiarse sus apellidos. Bien es cierto que cada familia es diferente, pero si quitas tu familia ¿qué te queda?
Nunca te canses de vanagloriar a los tuyos, porque lo quieras o no,
sin elegirlo, tú aquí estás y, seguramente, a ellos te parecerás.
UN ABRAZO A TODOS SE LES PUEDE DAR
No hay comentarios:
Publicar un comentario