Hay personas con las que nunca tendremos afinidad, por
mucho que insistamos no la hemos de lograr. Cada quién tiene su espacio y
su personalidad que debemos respetar.
Vemos cantidad de ejemplos
cotidianos que así lo demuestran, incluso, en relaciones familiares no
existe afinidad, no se llevan bien y les sorprende que esto suceda;
sencillamente, cada uno somos un ser individual y tenemos nuestra forma
de pensar y de actuar y no tiene por qué coincidir, en absoluto,
con la de nuestros predecesores. Suele darse el caso de tener más
afinidad con nuestros amigos que con algún familiar, aunque a la hora de
la verdad, casi siempre podremos contar antes con la familia.
Respetemos a cada persona como es, tratemos de pasar más tiempo con
quien mejor nos llevemos y demos el espacio que corresponda a los demás.
UN ABRAZO SIEMPRE TIENE AFINIDAD
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