Define bien tus preferencias; a quién amas,
qué quieres, qué te gusta, qué no te gusta, qué envidias, qué odias o qué te
irrita; pero hazlo tangible, escríbelo.
Sí, es cierto que podemos tener claras
muchas de nuestras preferencias, pero puede que no estén bien especificadas y,
a la hora de la verdad, nos llegan las dudas de cómo actuar; simplemente, no
nos tomamos el suficiente tiempo para explayarlas en papel y así ver todos
nuestros puntos de vista a favor y en contra.
Muchas personas, dejan de ser productivas o
no resuelven bien sus problemas porque olvidaron sus preferencias. Tus
preferencias son el mapa que siempre has de llevar a mano para no perderte.
UN PREFERENTE ABRAZO
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