Lo
que nos engrandece son nuestras diferencias y no nuestras semejanzas.
Tratamos
de buscar semejanzas en nuestras relaciones, con nuestros hijos, con nuestros
amigos y, en cierto modo, esto parece lo más normal y lo que mejor debería
funcionar, pero la experiencia nos viene a demostrar, que no siempre es así y,
es más fácil y más enriquecedor, llevarse bien con alguien distinto a nosotros.
Cuando
vas con alguien que piensa como tú, que actúa de la misma manera y viene a
decir casi lo mismo ¿qué nos puede enseñar? Poco o nada.
Dejemos
a un lado nuestras diferencias y busquemos lo bueno que cada persona nos pueda
aportar, a buen seguro, que nuestras vidas se enriquecerán.
UN
ABRAZO PUEDE SER TOTALMENTE DIFERENTE A OTRO
No hay comentarios:
Publicar un comentario