No permitas que la adversidad del momento
te impida ver la oportunidad del mañana porque, seguramente, pasada la adversidad,
verás que tienes capacidad para mucho más.
Es cierto que todo pasa, lo mismo que
después de la tormenta vuelve a salir el sol, pero mientras estás ahí ¿cómo lo
pasas? pues mal, esa es la realidad. En esos instantes no te acuerdas ni de lo
bien que estuviste, ni de lo sensacional del ayer, ni de lo que tienes todavía,
ni de lo que tendrás; solamente te acuerdas de cómo estás actualmente y de que
no ves salida alguna. Claro que de la adversidad salen las grandes ideas, se
han creado las mejores empresas y se aprende mucho, para después aplicarlo a
nuestro favor; pero el mal rato no te lo quita nadie.
Tampoco yo voy a ser tu guía ni a decirte
qué has de hacer, entre otras cosas, porque cada uno afronta sus problemas de
distinta forma; pero si te sirve de algo, relájate y piensa ¿todavía me podría
pasar algo peor? ¿Realmente estoy tan hundido que no puedo salir? Si en ese
momento eres capaz de pensar así, ya casi has pasado tu tormenta.
UN ABRAZO EN LA ADVERSIDAD, LO MISMO TE
ALIVIA ALGO
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