Si por mucho tiempo sigues obteniendo malos
resultados, no culpes a nadie ni a nada, seguramente, la culpa es tuya.
Claro que si, además de que tienes malos
resultados, te culpabilizas de ello, es difícil de soportar; pero la realidad
es la que es y esa no la puedes cambiar por mucho que quieras evadir tu culpa y
quejarte de cuanto te rodea. Siempre hubo malos momentos; toda empresa tiene
sus altibajos, pero a pesar de ello, en los malos tiempos, también hubo
empresas que tuvieron su crecimiento.
Si buscamos la razón por la que no
avanzamos, es seguro que la encontraremos, pero si buscamos soluciones para
cambiar y crecer, también la hallaremos. No nos detengamos en el tiempo ni en
los problemas, levantemos la cabeza y sigamos hacía adelante.
UN ABRAZO PUEDE SER EL COMIENZO DEL CAMBIO
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