Somos más dados a dar pena que a dar
alegrías, de hecho, si hubiera un almacén para dejarlas, lo llenaríamos sin
esfuerzo, incluso así, siempre nos seguiríamos llevando alguna.
¡Ay, este mundo cruel donde todo son penas!
Dependiendo de dónde pongas tu mirada o tu oído; todo parece estar mal, las
personas se odian, discuten, se pelean, incluso se matan; ya nadie se quiere,
todo es egoísmo y recelos. Todos contando sus desgracias y, si no tienen
suficiente, contando las de los demás; buscando constantemente dar pena; quizá
sea para buscar su propio consuelo.
Tantas y tantas cosas buenas que nos han
sucedido, que nos siguen sucediendo y, sin embargo, ponemos nuestra atención en
todo lo malo. Cambiemos nuestro enfoque y nuestra manera de vivir, busquemos
todo aquello que nos haga sonreír.
UN BUEN ABRAZO SIEMPRE ALIVIA LAS PENAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario