Esbozas
una sonrisa y todos desean acompañarte; muestras un semblante serio y, el que
puede, se aleja de ti. Si esto es así, procura sonreír más, esfuérzate aunque
te cueste y sonríe.
No
todos sonreímos igual, ni con la misma frecuencia; lo que para unos resulta
gracioso, a otros ni les inmuta. Pero ¿qué sería la vida si no tuviéramos la
capacidad de sonreír? Sería triste y aburrida, sería un ir a ninguna parte para
no encontrarte con nada, sería como ir caminando solo sin encontrarte a nadie a
quien saludar ¿Te imaginas una vida así? Por desgracia, hay personas que
deambulan por la vida de esta manera; pero, por suerte, hay muchas otras cuyo don es reírse de cualquier situación y
todo en la vida les parece ir mejor.
Cada
quién es dueño de su persona, y como tal, tiene la capacidad de elegir con
quién ir y de mostrar su mejor semblante. Ojalá el tuyo sea el de ir alegre por
la vida.
UN
SONRIENTE ABRAZO
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