Solemos dar un trato preferencial a las
personas dependiendo de la profesión que realizan, sin entrar en consideración su
valía como personas…
Aunque no lo creas, así suceder, según vaya
vestida la persona la tratamos, si va con traje, hasta le hablamos de usted,
pero si es un obrero que va con su ropa de trabajo, el cambio ya cambia, le
hablamos de tú a tú, y ya no te digo nada si la persona con la que hablamos es
un mendigo que nos viene a pedir. ¡Qué injustos somos! ¡Que poco sabemos ver el
lado humano de las personas! Luego a la hora de la verdad, cuando necesitamos a
alguien para que nos ayude, no solemos acudir a las personas con traje, porque
estas muchas veces, ni están a nuestro servicio, ni nos servirían para salir
del atolladero. Seamos un poco más humanos, un poco más justos y procuremos ver
la grandeza que cada persona tiene en su interior, seguro que nos llevamos una
sorpresa…
UN ABRAZO SIN DISTINCIÓN
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