Nos convertimos en aquello de lo que hablamos.
Si insistes y persistes en aquello que dices, sobre todo lo que hablas
para ti mismo, al final se te hará realidad.
Si esto es así, elige bien la frase que quieres que acapare tu día, por
ejemplo " todo lo que necesito me viene a mí, casi sin esfuerzo" " mi
salud mejora progresivamente" "el trabajo que necesito me está
esperando" " confío en mí y en mis semejantes" etc. Repite la frase que
tú elijas tantas veces como puedas y el milagro obrará en ti.
UN PRODIGIOSO ABRAZO...
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