Que haya alguien
que reconozca tus fallos, está muy bien; pero si encima hay quien reconozca tus
méritos, eso sí que es de agradecer.
A todos nos
gusta que nos reconozcan nuestras buenas acciones; pero lo cierto es que nos
cuesta hacerlo, aun sabiendo que nos lo agradecerán. Es como si al reconocer
algo a otros, nosotros nos quedáramos sin nada, cuando precisamente es todo lo
contrario, ya que la otra persona nos tendrá en mayor estima, precisamente
porque fuimos capaces de reconocer su valía o sus méritos.
No escatimes en
alabanzas para los demás. Olvídate un poco de ti y reconoce todo cuanto puedas
en los otros, a buen seguro les motivarás y harás que se sientan un poco más
felices.
UN RECONOCIDO
ABRAZO
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