Deja de preocuparte por lo que hoy perdiste y
alégrate por lo que mañana puedes ganar.
Muchas veces, nos enojamos porque nuestro
equipo perdió cuando lo más probable es que ellos, salgan del campo, se olviden
y ni se den por aludidos, mientras nosotros nos enfrascamos en disputas tontas
con nuestros amigos, tratando de justificar el mal juego que ellos hicieron; no
perdamos más tiempo en lo que no tenemos poder y procuremos que las derrotas no
nos afecten en demasía.
Echemos la vista a lo largo, no pensemos sólo
en una derrota, las batallas se ganan al final, sin importar cuantas derrotas
tuviste que pasar.
UN ABRAZO PENSANDO EN LA PRÓXIMA VICTORIA
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