Indistintamente de los resultados que se hayan dado, la
vida continúa y un día va detrás del otro y volvemos, a nuestros puestos
de trabajo y a nuestra rutina diaria, con mayor o menor alegría, pero
ahí seguimos.
Es cierto que el entusiasmo y la euforia vivida del
día o de la noche anterior, nos da vitalidad para afrontar con otro
ánimo el día, para seguir con la emoción que nos embargó; pero poco a
poco, este estado se va pasando, se va dilapidando con los quehaceres
diarios y con los problemas que nos van llegando y, nuestra mente,
pronto deja de pensar en aquel momento, para poner en marcha otro
parecido que nos pueda dar la misma o parecida emoción.
Así, vamos
buscando los fines de semana, para olvidarnos de las tareas rutinarias, o
planificamos vacaciones o celebraciones; así vamos viviendo momentos
que nos dan vigor y emoción.
UN EMOTIVO ABRAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario