No siempre se gana luchando, a veces hay que ceder para después ganar.
Muchas
veces nos enfrascamos en conversaciones, de las cuales queremos salir
victoriosos, creyendo que tenemos la razón de nuestra parte y, puede que
estemos en lo cierto, pero si no cedemos un poco, si no permitimos que
el otro tenga su parte de razón, es seguro que no ganaremos. Cualquier
deporte que practiquemos o cualquier asunto que negociemos, tenemos que
retroceder para defendernos y no permitir que nuestro adversario llegue a
nuestro territorio, por eso, el mejor ataque puede ser una buena
defensa.
Nunca te importe ceder, es mejor dar la razón que enemistarse.
UN ABRAZO, NO PRECISA LUCHA ALGUNA
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