Al igual que guardamos tesoros y obras de
arte, dejemos que sean los buenos hechos los que se apoderen de nuestros
pensamientos, guardémoslos y, seguramente, viviremos mejor y más felices.
La mayoría de las personas es desconfiada
por naturaleza o puede que lo sea por los palos que le han dado. Lo cierto es
que, en vez de alimentar nuestra mente y cuidar para que no le entren malos
pensamientos, al igual que procuramos hacer con nuestro cuerpo, dejamos que se
llene de cualquier información sin cuidar el daño que esto nos puede hacer.
Seamos cautelosos y seleccionemos lo que sí
nos puede venir bien y aquello que nos pueda dañar, dejémoslo pasar.
UN BUEN ABRAZO SIEMPRE ES DIGNO DE ATESORAR
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