Si pienso que algo está bien, me equivoco;
si pienso que algo está mal, también me equivoco. Ciertamente, ya no sé ni qué
pensar.
Así nos suele suceder, con demasiada
frecuencia. Quizá no deberíamos ser tan críticos con nuestros pensamientos y
deberíamos dejarnos llevar más por nuestros sentimientos. Lo malo de nuestros
pensamientos es que, sin querer, hacemos uso de ellos y los explayamos con
total libertad, llegando a provocar malos entendidos y con ello posibilitamos
que nos equivoquemos.
Te equivoques o no, no le des demasiada
importancia, al fin y al cabo, todos nos equivocamos. Vive sin temor a
equivocarte y si así sucede, agradécelo, porque estás en este mundo y porque
eres, como todos, un ser humano.
UN ABRAZO NO ADMITE
EQUIVOCACIÓN ALGUNA
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