A
veces, la vida es tan injusta que llegamos a creer que todos los demás viven
mejor que nosotros; los otros tienen ese mismo pensamiento.
Cada
quien tiene sus momentos en la vida, unos mejores que otros; los buenos
momentos te sirven para disfrutar y celebrar acontecimientos; los malos para
aprender y fortalecerte, pero sean como sean debemos agradecerlos, porque
forman parte de nuestro existir y con ellos vamos configurando nuestra vida. Es
verdad, que los momentos malos te llevan a reflexionar y preguntarte por qué a
mí y por qué ahora, es en estos momentos en los que piensas que la vida es
injusta contigo, mientras con otros parece ser mejor. No te engañes más y
afronta tu realidad, porque la de otros es igual o parecida en su momento.
Sólo
lo barato tiene precio y la salud, al final de tus días, no la podrás comprar;
es por ello que debes de agradecer, hoy y siempre, el cariño que te dan tus
padres, tus hijo, tu pareja, amigos, clientes o compañeros, porque aquí radica
tu gran tesoro de la vida.
UN
ABRAZO COLMADO DE AMOR
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