Hay personas que viven tanto las historias de otros,
incluso historias de películas, que tratan de imitarlas y se olvidan de
la suya propia.
Se meten tanto en el papel que, si te fijas, ponen
la misma cara que el protagonista, llegando a imitar sus gestos como si
se mirasen en un espejo; no digo que no sea la forma mejor de ver una
película, pero no para cargar con el personaje durante días. Es verdad
que imitar ciertas cosas de otras personas nos puede ayudar a
superarnos; siempre y cuando no olvidemos nuestra propia manera de ser y
nos metamos tanto en el papel que lleguemos a perder nuestra propia
personalidad.
Imita lo que quieras, copia lo mejor de cada persona
siempre y cuando se adapte a tus deseos; pero nunca pierdas tu
identidad; ésa es tuya y de nadie más.
UN GENUINO ABRAZO
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