Creíamos que no sabíamos hacer ciertas
cosas, hasta que nos pusimos a hacerlas; luego, nos dimos cuenta de que era lo
que mejor hacíamos.
A ciertas personas les sucede que, por el
motivo que sea, pierden su empleo y nos les queda otra que ponerse por su
cuenta, con lo cual logran sacar su propia valía y ponerse a prueba, ante las
dificultades se superan y dan con lo que de verdad era su principal vocación. A
otras personas les sucede que, habiendo estudiado una carrera, jamás logran
ejercer y, lejos de ser un contratiempo, resulta que son mucho mejores en lo
que en ese momento ejercen.
Procura descubrir, lo antes posible, cuáles
son tus mejores capacidades y habilidades, después, haz lo posible para
ponerlas en práctica y trabaja siempre en lo que más te guste; si haces esto,
nunca más volverás a trabajar.
PARA DAR UN BUEN ABRAZO, TODOS ESTAMOS CAPACITADOS
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