Tratemos
de ser un poco más amables cada día; al principio nos costará un poco, pero con
el tiempo y viendo lo beneficioso que resulta le iremos tomando la mano.
Hay
personas que tienen la amabilidad como un don, en cualquier situación siempre
están dispuestos a colaborar amablemente; estas personas son encantadoras, ya
quisiéramos muchos ser como ellos son. Pero con el tiempo todo hábito se puede
adquirir, con práctica y tesón podemos convertirnos en esas personas amables
que, por desgracia, tanta falta hacen en la sociedad actual y que tanto
escasean.
Es
cierto que, cuando te levantas y sales con el semblante de la amabilidad
incorporado, es muy probable que encuentres personas así. Por eso, si no te
cuesta apenas esfuerzo, muestra tu amabilidad.
UN
ABRAZO CON TODA LA AMABILIDAD POSIBLE
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