En ocasiones, somos tan retorcidos, que no permitimos a nuestros pensamientos que se explayen libremente, con lo cual nuestros sentimientos se quedan hundidos...
Solemos guardar nuestros sentimientos, muchas veces a cal y canto, por nuestros miedos al rechazo; sin darnos cuenta que, con estas acciones, los primeros que los estamos rechazando somos nosotros mismos...
¿Cuántas palabras se han quedado sin decir? ¿Cuántos amores perdidos?¿Cuántas muestras de cariño las hemos guardado por miedo al que dirán?
Liberemos nuestro sentimiento y nuestros pensamientos y acciones cambiarán...
UN SENTIDO ABRAZO SIN NECESIDAD DE PENSAR
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