La vida nos trae sorpresas
Es una gran sorpresa cuando algo que te pasa sientes como que nunca pensaste que podía pasar. La vida nos trae sorpresas y muchas de
ellas es para algo que en verdad debe pasar aunque muchos digan que es una
coincidencia. En el universo existe algo que se llama sin cronicidad y esto es
que nos dice que todo es perfecto, por lo tanto lo que suceda de una forma no
causal dará el resultado que ya estaba previsto.
Para ser más
claro, todo lo que te sucede es porque tiene que suceder de una forma
“Coincidencial” el cual dará el resultado que deberá ser, en este caso viene a
ser cuando alguien se cruza en tu camino por una “Casualidad” por un pretexto
de algo o a veces por intermedio de otra persona lo llegas a conocer.
El conocer a
alguien es un caso misterioso y por tal se convierte en dudoso al extremo de
llegar a temer a dicha persona, en este caso no se trata de que conoces a
alguien porque te lo presentan en una reunión aunque es bien raro pero sucede,
también en l actualidad puedes conocer a alguien por medio de alguna Red
Social, cosa bastante común. Generalmente el conocer es siempre de una forma
rara que ni siquiera se ha sospechado.
El universo es
un constante medio de comunicación astral y por ese medio es que el
inconsciente de la mente encuentra a su contacto que justamente tiene lo que la
otra persona necesita para seguir adelante. Ahora cuando ya ha detectado a su
lado que llenará el vacío que usted tiene, fuerzas extrañas se movilizan para
hacer que los dos se conozcan.
Lo raro de esto
es que casi nunca esa persona se queda, por lo general cuando ya ha terminado
su misión sigue con su camino. Solo queda en un mero recuerdo de que un día
alguien se me cruzó en mi camino, la vida nos trae sorpresas y así mismo cómo
se llegan a conocer de la misma forma se llegan a separar, hay veces que el
pretexto es una pelea o una discusión que por lo general nunca tuvo la fuerza o
el sentido para que suceda pero sucede.
La vida nos
trae sorpresas y quién quita que tal vez lo que le pase a alguien, sea un paso
más para que pueda encontrar lo que busca. Muchas veces se han separado parejas
y aunque piensan que fue una tragedia lo que les ha pasado en ese momento,
después y de la forma más extraña llegan a conocer a otra persona.
Como bien decía en aquella
canción Pedro Navaja, ”la vida te da
sorpresas, sorpresas te da la vida”. Y a mí me dio una el pasado fin de semana
en la forma de dos toronjas. Luego que una buena amiga me regaló esos dos
frutos de su propio jardín, les quité la cáscara y las corté en mitades. Antes
de comenzar a chupar el primer pedazo fruncí el ceño, cerré los ojos y mi boca
salivó. Me estaba preparando física y mentalmente para el sabor agrio que
estaba a punto de probar. ¡Ay! Pero que sorpresa me llevé, eran dulcísimas.
¡Qué ricas estaban! Hasta pensé que podían ser naranjas.
Y
de la misma manera que me sorprendió el sabor de las toronjas, así mismo nos
sorprende la vida en muchas facetas. Piensas que algo será malo, desagradable, dificultoso o aburrido y te
llevas la sorpresa de que resulta todo lo contrario: ¿no te ha pasado que
creías que una persona era antipática, y luego cuando la tratas te asombras con
su amabilidad?
Si te has abstenido de
acercarte a alguien porque te haces ideas negativas anticipadas, déjame decirte
que estás perdiendo la oportunidad de establecer contactos maravillosos de
futuras amistades y beneficios profesionales. Recuerda: Nos pasamos la vida suponiendo los pensamientos que tiene otro en la
cabeza y la mayoría de esas suposiciones son erróneas.
Hoy día, gran parte de
nuestro éxito en la vida depende de la red de contactos que construyamos, como
le llaman en inglés: networking. ¿Cuántas veces te habrá sucedido que alguien
inesperado te presentó una gran oportunidad, un excelente trabajo o hasta tu
futuro marido esposa? Nunca sabes si la persona a quien tienes la posibilidad
de acercarte y no lo acabas de hacer por ideas preconcebidas será clave en tu
vida, ya sea en los negocios, la amistad o en el amor. Claro que algún día
acertarás con un pesado, pero recuerda que nunca sabrás con certeza si algo es
bueno o malo hasta que lo pruebes igual que me pasó a mí con las toronjas.
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