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viernes, 8 de junio de 2012


La vida nos trae sorpresas

 

Es una gran sorpresa cuando algo que te pasa sientes como que nunca pensaste que podía pasar. La vida nos trae sorpresas y muchas de ellas es para algo que en verdad debe pasar aunque muchos digan que es una coincidencia. En el universo existe algo que se llama sin cronicidad y esto es que nos dice que todo es perfecto, por lo tanto lo que suceda de una forma no causal dará el resultado que ya estaba previsto.
Para ser más claro, todo lo que te sucede es porque tiene  que suceder de una forma “Coincidencial” el cual dará el resultado que deberá ser, en este caso viene a ser cuando alguien se cruza en tu camino por una “Casualidad” por un pretexto de algo o a veces por intermedio de otra persona lo llegas a conocer.
El conocer a alguien es un caso misterioso y por tal se convierte en dudoso al extremo de llegar a temer a dicha persona, en este caso no se trata de que conoces a alguien porque te lo presentan en una reunión aunque es bien raro pero sucede, también en l actualidad puedes conocer a alguien por medio de alguna Red Social, cosa bastante común. Generalmente el conocer es siempre de una forma rara que ni siquiera se ha sospechado.
El universo es un constante medio de comunicación astral y por ese medio es que el inconsciente de la mente encuentra a su contacto que justamente tiene lo que la otra persona necesita para seguir adelante. Ahora cuando ya ha detectado a su lado que llenará el vacío que usted tiene, fuerzas extrañas se movilizan para hacer que los dos se conozcan.
Lo raro de esto es que casi nunca esa persona se queda, por lo general cuando ya ha terminado su misión sigue con su camino. Solo queda en un mero recuerdo de que un día alguien se me cruzó en mi camino, la vida nos trae sorpresas y así mismo cómo se llegan a conocer de la misma forma se llegan a separar, hay veces que el pretexto es una pelea o una discusión que por lo general nunca tuvo la fuerza o el sentido para que suceda pero sucede.
La vida nos trae sorpresas y quién quita que tal vez lo que le pase a alguien, sea un paso más para que pueda encontrar lo que busca. Muchas veces se han separado parejas y aunque piensan que fue una tragedia lo que les ha pasado en ese momento, después y de la forma más extraña llegan a conocer a otra persona.
Como bien decía en aquella canción Pedro Navaja, ”la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”. Y a mí me dio una el pasado fin de semana en la forma de dos toronjas. Luego que una buena amiga me regaló esos dos frutos de su propio jardín, les quité la cáscara y las corté en mitades. Antes de comenzar a chupar el primer pedazo fruncí el ceño, cerré los ojos y mi boca salivó. Me estaba preparando física y mentalmente para el sabor agrio que estaba a punto de probar. ¡Ay! Pero que sorpresa me llevé, eran dulcísimas. ¡Qué ricas estaban! Hasta pensé que podían ser naranjas.   
Y de la misma manera que me sorprendió el sabor de las toronjas, así mismo nos sorprende la vida en muchas facetas. Piensas que algo será  malo, desagradable, dificultoso o aburrido y te llevas la sorpresa de que resulta todo lo contrario: ¿no te ha pasado que creías que una persona era antipática, y luego cuando la tratas te asombras con su amabilidad?

Si te has abstenido de acercarte a alguien porque te haces ideas negativas anticipadas, déjame decirte que estás perdiendo la oportunidad de establecer contactos maravillosos de futuras amistades y beneficios profesionales. Recuerda: Nos pasamos la vida suponiendo los pensamientos que tiene otro en la cabeza y la mayoría de esas suposiciones son erróneas.
Hoy día, gran parte de nuestro éxito en la vida depende de la red de contactos que construyamos, como le llaman en inglés: networking. ¿Cuántas veces te habrá sucedido que alguien inesperado te presentó una gran oportunidad, un excelente trabajo o hasta tu futuro marido esposa? Nunca sabes si la persona a quien tienes la posibilidad de acercarte y no lo acabas de hacer por ideas preconcebidas será clave en tu vida, ya sea en los negocios, la amistad o en el amor. Claro que algún día acertarás con un pesado, pero recuerda que nunca sabrás con certeza si algo es bueno o malo hasta que lo pruebes igual que me pasó a mí con las toronjas.

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