Hay personas que ganan mucho o ganan bien y se quejan;
otras, en cambio, ganan poco y lo agradecen más porque, sencillamente,
lo valoran más.
Claro que a todos nos gusta ganar y cuanto más
mejor; pero estarse quejando constantemente, eso ya es otro cantar.
Cuando uno recibe su primer salario, casi siempre, le suele ser
gratificante y justo; pero con el tiempo, lo que en un principio estaba
bien, después ve que no es tanto y que, por el trabajo y esfuerzo que
realiza, merecería más y ya empieza a cuestionar todas las tareas que
realiza.
Déjate de tantas quejas, agradece lo que recibes y, si no
te gusta, procura hacer todo lo necesario para cambiar. Todo, con el
suficiente tiempo, se puede lograr. Si por el contrario, crees que estás
bien, no te canses de agradecerlo.
UN RETRIBUIDO ABRAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario