Tu mayor enemigo no son tus miedos; tu enemigo número uno, eres tú mismo y tus pensamientos.
Claro que en ti habitan tus miedos y que éstos te acompañan, como fiel
sombra cuando le da la luz; pero no sólo están los miedos, están tus
valores, tus virtudes, tus ilusiones, tus odios y vanidades y con todo
ello tienes que vivir. El cómo seas capaz de conjugar todo ello,
afectará mucho a tu carácter y tu seguridad.
No permitas que tus
miedos ahoguen tu valor; dale poder a lo que más deseas y ve a por ello
con todo tu coraje; porque tú eres más poderoso de lo que tú crees.
UN ABRAZO, SIN MIEDO ALGUNO
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