No has llegado a un sitio y ya quieres
estar en el otro, como si la vida presente no te llenase lo suficiente, buscas
con desesperación el otro instante que nunca llegará, excepto en tu mente.
Muchos de nuestros pensamientos y
actuaciones así son; no importa si vamos a trabajar, si vamos de fiesta o de
vacaciones, siempre nuestra mente va más allá, como intentando vivir lo que aún
no ha llegado para que no nos coja por sorpresa. No dejamos nada al azar, pero
sin quererlo, el momento que ha de llegar siempre será diferente al que hemos
imaginado; siempre habrá algún detalle que no vamos a controlar y, éstos son,
los que a la postre, nos dan la alegría de vivir.
Déjate sorprender; deja que los demás
entren en tu vida sin que tú les esperes; deja que la vida llegue a ti, antes
de que tú llegues a ella.
UN SORPRENDENTE ABRAZO
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