Acepta el hecho de que hoy puede ser tu
último día porque eso te dará motivos para fijarte más en amar que en odiar.
No le des más vueltas; todo es más sencillo
de lo que parece, lo único que cambia es la perspectiva de cómo lo miras. Claro
que hoy puede ser el último día, pero eso ¿quién lo sabe por adelantado? ¿Quién
se atreve a pronosticarlo? Es por eso que nunca estaremos preparados para ese
día y seguimos viviendo esperando un mañana mejor.
Por mucho que nos lo digan, siempre
pensaremos en el futuro, en lo que nos queda por vivir; nadie bebe la misma
agua, ni respira el mismo aire, ni repite el mismo día; pero mientras tanto,
seguimos bebiendo, respirando o viviendo.
UN ABRAZO, SIN PENSAR QUE PUEDE SER EL
ÚLTIMO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario