Ven, toma mi mano y sígueme. Confía en mí,
no preguntes dónde vamos, no preguntes cuánto nos costará llegar, sólo déjate
llevar; después, observa todo cuanto puedas y, simplemente, déjate seducir por
el momento vivido.
Qué sencillo resulta, a veces, desplazarse
de un sitio a otro cuando tienes una mano amiga que te anima a que le sigas.
Muchas veces, debemos confiar en las personas que nos dicen que les acompañemos
y así, pasar un día agradable fuera del entorno habitual, para simplemente,
compartir mesa y tertulia y profundizar más en nuestras relaciones.
Gracias, amigos, por permitirme acompañarlos
y por hacer que este día haya sido diferente y genial.
UN ACOGEDOR ABRAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario