Seamos pródigos en nuestras alabanzas y
tacaños en nuestras críticas. Puede que, de esta manera, también los demás
actúen igual.
Somos muy dados a criticar toda acción o
palabra de los demás, sin darnos cuenta de que, con él, poco adelantamos y lo
que de otros criticamos, es porque en cierto modo algo nos incumbe y éstos, a
buen seguro y a espaldas nuestras, también nos criticarán. Nunca te fíes de lo
que te están contando, porque puede que lo que tú cuentes vaya de vuelta.
Qué diferente sería todo si, en vez de
tanto criticar, alabáramos más, aunque solamente fueran pequeños detalles que
posiblemente cada día irían en aumento. Hagamos que los demás también sientan
nuestro cariño y sepan cuán orgullosos nos sentimos de su compañía.
UN HALAGADOR ABRAZO, SIEMPRE ES MEJOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario