A veces, ni lo bueno es tan bueno, ni lo
malo es tan malo. Sólo el paso del tiempo nos viene a aclarar qué fue bueno y
qué fue malo.
Hay múltiples historias que confirman esta
teoría, personas a las que la vida les regaló un golpe de fortuna y, al cabo de
pocos años, se encontraron en peores circunstancias que antes; pero también
hubo personas en las que la desgracia se cebó y, supieron ver donde no se veía,
construyendo una de las mejores empresas. Todo esto lo podemos trasladar tanto
a lo laboral, económico, social o de relaciones humanas.
Cuando algo se rompe, nos da la oportunidad
de comenzar a crear de nuevo y, seguramente, esta creación o nueva relación
será mucho mejor. No te lamentes por lo que pierdas, laméntate si no te quedan
fuerzas para comenzar de nuevo.
UN ABRAZO SIEMPRE VIENE
BIEN
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