Cuando ya nos llega el momento y la muerte
acecha para llevarnos al más allá ¿qué pensamientos nos invadirán?¿seremos
conscientes y podremos reflexionar y así morir en paz?
Qué gran pregunta, qué difícil contestar.
Hemos escuchado o nos han contado, personas cercanas a aquellos que agonizaban,
cómo una semana, un día o una hora antes, se reconciliaban con ellos mismos,
pidiendo perdón por los errores cometidos y calmando su espíritu para así poder
descansar en paz.
Así es nuestra vida y así suele ser nuestro
final, pero mientras llega ese momento no debemos olvidar para qué hemos venido
a este mundo. Amemos, dejemos a un lado las rencillas, los odios y las
envidias; compartamos los buenos momentos y demos gracias por la familia y
amigos que tenemos.
UN BUEN ABRAZO SIEMPRE ES UN CONSUELO PARA
EL QUE LO DA Y PARA EL QUE LO RECIBE
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