Cuando
no sepas qué hacer, ni qué decir, ni qué escribir, siéntate, relájate y espera
a que tu mente decida por ti; te verás gratamente sorprendido y tu eficacia
aumentará.
Puede
que lo que hagas para nada sirva, de todos modos, haz; puede que lo que digas a
casi nadie le importe, de todos modos, dilo; puede que lo que escribas apenas
lo lea nadie, de todos modos, escríbelo. Pero si eres capaz de tocar la
sensibilidad de una persona y despertarla de su letargo, con sólo una persona a
la que hagas sentir mejor; créeme, cualquier esfuerzo que hayas hecho, habrá
merecido la pena.
Por
eso, si tienes algo que hacer, aunque no estés seguro, hazlo, escríbelo y
cuéntalo, porque nunca sabrás a quién puedes ayudar.
Gracias,
amigo, por hacerme sentir útil.
UN
VALIOSO ABRAZO
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