No
importa lo lejos que vayas, ni lo que te escondas, tus pensamientos siempre te
acompañarán y saldrán a la luz cuando menos lo esperes. Si puedes distraerlos
será la mejor forma de esconderlos.
Sé
que a veces, nuestros pensamientos nos martirizan, hasta tal punto que no nos
dejan vivir en paz; sé que no es fácil dejarlos atrás, pero también aprendí
que, aunque tus pensamientos te persigan, puedes jugar con ellos, como el gato
y el ratón. Una de las mejores formas de evadirte de ellos es ocupar tu mente y
tu cuerpo, no dejarles actuar y, para ello, debes distraerte con lectura, con
juegos, con cine, con deporte, con amigos y, sobre todo, no hablar nada de esos
malos pensamientos.
Deja
que tu mente se llene de todo lo bueno que desees y pronto tu mal pensar lo
olvidarás.
UN
ABRAZO LIBRE DE CUALQUIER PENSAMIENTO
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