Hay tantas cosas que no
deberíamos de hacer que, cuando las hacemos, con ellas se nos va parte de
nuestro tiempo y, puede que también, perdamos amistades.
Pero no estamos en este
mundo para lamentarnos de lo que hacemos mal, porque eso, evidentemente, todos
en algún momento lo hemos hecho y lo seguiremos haciéndolo. Estamos para para
poner remedio, en la medida que podamos, dejar las cosas claras y hacer el
propósito de no caer en el mismo mal y, acto seguido agradecer lo que sucedió,
porque algo bueno seguro nos dejó y olvidarlo para siempre.
Hagamos que nuestras buenas
acciones sean más continuas y llenemos nuestros días de amor y alegría.
UN ABRAZO LIBRE DE TODO MAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario