Soy de los que piensa que la vida es cuestión de
actitud, así que es mejor mirarla con una sonrisa y comenzar el 2015 pensando
que las cosas van a cambiar, que somos capaces de todo aquello que nos
propongamos y sobre todo, vamos a pensar en el día a día, a disfrutar de cada
momento y reír más y protestar menos.
Estoy convencido,
que de este año que termina son muchos los recuerdos buenos que llegan a
nuestra cabeza y nos hacen esbozar una sonrisa, incluso provocan que se nos
escape alguna que otra lagrimita, de emoción o felicidad. Incluso esos malos
recuerdos, esos palos que nos ha asestado este año aprendamos de ellos y
también, a pesar del dolor o de las adversidades, quedémonos con lo bueno. De
lo que sea, eso demuestra que estamos vivos, y lo más importante que sentimos es
que tenemos gente a nuestro alrededor que nos provoca ese tipo de sensaciones.
Para el nuevo
año que está a punto de comenzar ya tengo mi lista de buenas intenciones y
algunas de las que aparecen en ella son: Seguir trabajando cada día en lo que
más me gusta.... Otro de los propósitos está relacionado directamente con ustedes,
se trata de continuar escribiendo y seguir sintiendo vuestro apoyo y cariño
como lo he sentido siempre, una pasión que desde el principio me ha aportado
mucho a nivel personal, así como momentos muy buenos y gratificantes. Y el
tercero de ellos, para mi es todo un reto, y ya sé que un tanto utópico, deseo
una vida digna -con lo que conlleva esta palabra- para todos, absolutamente
todos, en cualquier recóndito rincón de este Planeta Tierra...
Pero mientras
no comienza el 2015, vamos a celebrar que hoy es hoy, a decir cuánto queremos a
la gente que nos importa, a reírnos de todo, a llorar también, a soñar, a
luchar y sobre todo a intentar ser mejores personas...
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