Cambia tus palabras, tu manera de hablar y tu vida cambiará...
He observado que cuando somos amables, nos corresponden con
amabilidad; no importa si es por teléfono o en persona, en la forma que
tratamos, nos tratan. Es una ley universal, recibimos lo que damos, el
único inconveniente que existe es que la mayoría de las veces, no somos
tan agradables como creemos y pensamos que son los demás los que no
actúan bien...
Lo que vemos, la mayoría de las veces, es fiel
reflejo de lo que proyectamos; hagamos la prueba, seamos amables,
vayamos sonrientes, seamos educados, digamos más palabras agradables y,
el mundo se abrirá a nuestros pies...
Midamos bien nuestras palabras, porque en ellas se refleja nuestra personalidad...
UN ABRAZO NO NECESITA DE PALABRA ALGUNA
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