Es muy fácil ponerse al lado del débil para defenderle
en una causa que parece que es justa; pero ¿quién somos nadie, para
ponernos a un lado u otro?
Se oye, se comenta, se lee en la prensa,
se escucha en la radio, se ve en las noticias de televisión; pero
realmente,¿quién es sabedor de la verdad? ¿Por qué la gran mayoría de
las persona justifica unas acciones de algunos o de alguien sin tener la
verdad de los hechos?
No seré yo quien entre a enjuiciar a nadie; ya
tenemos a unas personas altamente cualificadas para que lo hagan y si
se equivocan en su veredicto, ésa será su carga y la de los afectados;
pero nunca será la mía.
Opina cuanto quieras de lo que quieras; pero
no te dejes llevar sólo por aquellas opiniones que no son contrastadas
por la veracidad de los hechos. Todas las personas tienen su familia
que, a buen seguro, no lo estarán pasando nada bien en un juicio en el
que se inculpa a alguno de sus miembros. Sé cauto en tus declaraciones y
procura tener la máxima información, aun así, puede que te equivoques.
UN ABRAZO, LIBRE DE JUICIOS
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