Todos en algún momento hemos de aportar algo, de no
hacerlo, nada de lo hecho habrá valido para nada y el equipo o empresa
perderán.
Cada quién debe saber su cometido; es por ello que a la
hora de hacer algo en equipo uno no puede escudarse en lo que hacen los
demás y quedarse mirando sin aportar nada. Esto suele suceder, más a
menudo de lo que imaginamos o de lo que debería suceder y es ahí donde
empiezan los pequeños problemas que, a la larga, puede acabar con el
equipo o con cualquier empresa.
No permitamos que, si alguien no
coopera con su cometido, hagamos los demás su trabajo, porque tarde o
temprano se notará la carencia y puede que todos dejen de cooperar. Que
cada uno se esfuerce lo necesario y, así, a todos nos irá mejor.
UN COOPERATIVO ABRAZO
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